19 sept 2011

Lamentable agresión policial en el Ciutat de València


Ayer, 18 de septiembre, en el Ciudad de Valencia, uno de los miembros de nuestra peña sufrió una agresión policial; el agente empleó la violencia de forma injustificada contra uno de los miembros de la Peña Grup d’Acció. Agrava la situación el hecho de que la víctima fue atacada por la espalda y que dicho ataque fue seguido de una clara provocación por parte del agente.

Dos miembros de esta peña se encontraban ayer entre la masa que esperaba la llegada de los jugadores en la entrada del aparcamiento. Después de varias horas de espera, apenas había entrado el autobús del Real Madrid, cuando varios miembros de la Policía Nacional comenzaron a empujar violentamente a los aficionados para que se apartaran de la entrada – ya que en la pasada jornada no permitió el acceso de los viandantes al recinto- a pesar de que nadie opuso resistencia. La valla fue cerrada con total facilidad por parte de la seguridad del estadio, pero a pesar de ello, los agentes continuaron con el desalojo de la zona. Fue entonces cuando la víctima pidió al agente que no continuara con los empujones dado que no podíamos movernos a causa del muro que teníamos detrás (todos conocemos el pequeño muro que hay junto a la puerta del aparcamiento)

Tras esta intervención, los dos peñistas trataron de caminar hacia la entrada del campo para disfrutar del partido cuando el susodicho policía asestó al afectado un puñetazo en la espalda, más concretamente entre los riñones y las costillas, zona que, horas más tarde, encontró seriamente inflamada la doctora de urgencias que le atendió. A pesar de esta agresión, continuaron hacia el estadio, no queriendo tener problemas con el agente y con la única intención de acceder a la grada en la que les esperaban otros compañeros de diversas peñas. No obstante, el agente no les permitió continuar, y, después de empujar violentamente a la acompañante de la víctima cuando ésta trataba de explicar al agente que simplemente no habían podido apartarse más deprisa debido al tumulto, el policía increpó y provocó al aficionado amenazándole a voz en grito frases como “¿tú quieres ver el partido? Porque igual lo ves desde tu casa, listillo” tras lo cual le fue solicitado el DNI y el pase o entrada.

A continuación, un grupo de policías nacionales rodearon al damnificado y le condujeron hacía las tanquetas que estaban estacionadas cerca del lugar de la agresión. Durante el trayecto obligaron a la acompañante a apartarse de la calle mediante la fuerza bruta por parte de otro de los agentes del que no pudimos conseguir el número de placa.

A pesar de que a lo largo de casi una hora que tuvieron retenido al afectado, éste preguntó diversas veces de qué se le acusaba, encontró siempre como respuesta que “ya se enterará”. Ni siquiera fue informado de qué iba a ocurrir: primero le amenazaron con llevárselo detenido, después le dejaron una hora plantado en la calle escoltado por varios agentes, además tuvo que soportar los comentarios “graciosos” de otros miembros del cuerpo nacional que pasaban por allí. Tampoco se respetó su derecho a hacer una llamada ni para informar a un familiar ni, si así lo hubiera considerado oportuno, para pedir consejo a un abogado.

Finalmente, y después de más de una hora, los agentes terminaron de redactar el acta de incidencias –que, como dato curioso podemos añadir que tuvieron que realizarla dos veces antes de estar satisfechos con el resultado final de su propia declaración – En dicha acta omiten la agresión policial y, sin embargo, aseguran que el acusado había sobrepasado un perímetro de seguridad acotado, desoído las advertencias policiales y, finalmente, encarado contra un agente que según refiere había sido insultado en términos literales de “gilipollas” y “me vas a comer la polla” según cita textualmente en el acta de incidentes en la que consta su número de placa. Imaginamos que el recinto de seguridad debe de ser la puerta del aparcamiento que ya estaba cerrada cuando tuvo lugar la agresión y que, en ningún momento había sido sobrepasada por el acusado. Imaginamos también que las “advertencias policiales” hacen referencia a los empujones, gritos, puñetazos y provocaciones del agente en cuestión. Y por último imaginamos que con los insultos que supuestamente profirió el acusado contra los agentes se refieren o bien a la pregunta sobre el motivo de la agresión o bien a las explicaciones que trataron de dar tanto el agredido como su acompañante.  

Lo que empezó como una tarde de buen ambiente en los alrededores del estadio entre las dos aficiones, con la ilusión de mucha gente por ver por primera vez en la temporada a nuestros jugadores en casa -además contra un grande del futbol- terminó con la desgracia para esta peña: dos de sus miembros en urgencias y teniendo que acudir a juzgados a denunciar al agente que había cometido la agresión, siguiendo tristemente el partido por el móvil, con el pase requisado por la policía –cosa que después hemos descubierto que no tenían licencia para hacer- y posteriormente entregado en las oficinas del Levante U.D -que no ha puesto ningún problema a la hora devolverlo a su legítimo dueño- y pendientes del fallo de la Delegación de Gobierno, que decidirá la cuantía de la multa y la sanción –nuestro compañero podría estar hasta 6 años sin pisar un recinto deportivo, y deberá pagar de 3.000 a 60.000 euros si la Delegación falla en su contra- En cualquier caso, no vamos a dejar de luchar por que se haga justicia; ya se ha interpuesto una denuncia contra el agente en cuestión, pero no dejaremos de recurrir ni de trabajar por los derechos de un compañero, de un amigo, de un levantinista, de un granota que ha sido víctima de la acción brutal, injustificada, y cuanto menos, irregular, de un policía nacional que le hace un flaco favor al cuerpo en el que sirve causando esta mala imagen y dando pie a que mucha gente piense que eso es lo que representa, lo que es la Policía Nacional.

Desde aquí queremos agradecer la labor de los policías que realmente cumplen con su labor con dedicación, buena intención y honor y lamentamos profundamente acciones como esta que hacen sombra a los muchos buenos agentes que sirven en el Cuerpo de Policía Nacional español. Tras acontecimientos como este, deberíamos reflexionar sobre los altercados en eventos deportivos –sobre todo en el fútbol- que si bien muchas veces vienen causados por el enfrentamiento de aficiones rivales, no en pocas ocasiones han podido comenzar por una predisposición policial violenta o por unas medidas de seguridad totalmente innecesarias. Simplemente, ayer pudo ser para nosotros un perfecto domingo de levantinismo, y no lo fue.

Por último agradecemos también el apoyo de muchos amigos y amigas, así como a la Delegación de Peñas, al Club y demás compañeros granotas que tanto ayer, todavía en los alrededores del campo, como hoy, han estado a nuestro lado y nos brindan su apoyo y consejo.

La Dirección de la Peña Grup d’Acció